Como muchos ya sabeis, me gusta que todo sea lo mas natural posible, cada vez compro menos productos elaborados y opto por hacerlos yo en casa. El yoghurt es de esas cosas que todo el mundo puede hacer sin necesidad de maquinas especiales, solo tiempo y paciencia.
Lo primero es recolectar unos botes medianos con tapa de rosca. Cuando tengamos unos cuatro o seis (depende del tamaño) estaremos listos.
Necesitamos:
– 1 yogurt bio.
– 1 litro de leche (puede ser desnatada, de vaca, de cabra, incluso he visto recetas con leche de soja, pero yo nunca lo he probado)
– Una olla grande
– Botes de crista con tapa
– Termómetro de cocina (yo uso el del Ikea)
Templamos la leche sin que llegue a hervir y la mezclamos con un yogurt. Movemos bien para que la mezcla sea homogénea. Repartimos en los botes echando en cada uno la misma cantidad e intentando que no se llenen del todo. Cerramos los botes y los metemos en una olla. Cubrimos de agua hasta alcanzar el nivel del yoghurt, nunca debe cubrir el bote entero. Tapamos.
Ponemos a calentar la olla manteniendo una temperatura constante de entre 41º a 43º unas 3 horas, Nunca debemos superar los 48º ya que el cultivo moriría, y si desciende a 35º pararíamos el proceso. Una vez pasado ese tiempo, apagamos el fuego y dejamos enfriar dentro sin destapa, yo lo dejo toda la noche.
Al día siguiente los meto en la nevera para que enfríen. Me gusta mucho tomarlos con miel o alguna mermelada casera.